La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es convocada anualmente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias. Este año, nos lleva a uno de los primeros capítulos del Evangelio de Juan, este capítulo se incluye entre los signos con los que Juan nos presenta el ministerio de Jesús. Lo que nos acerca a través de estas historias iniciales es una descripción de lo que resulta fundamental e ineludible en la misión de Jesús y por tanto en el quehacer cristiano.
Para el primer día de oración las iglesias cristianas de Brasil, que han preparado este material, nos sugieren quedarnos en la frase del versículo 4: “Y le era necesario pasar por Samaria”, un itinerario que precisamente en esta semana en que nos hemos visto confrontados al radicalismo y a la xenofobia criminales. Tanto en París, por la terrible agresión contra la vida de los periodistas y contra la libertad de expresión, como en todas las declaraciones que señalan al extranjero o al musulmán como fuente de todos los males, las víctimas no merecen los sufrimientos que les hacen pasar los prejuicios, la intolerancia o las ideologías que no respetan los derechos fundamentales.
Jesús actúa de un modo totalmente contrario a estos fundamentalismos, a Jesús no le era necesario pasar por Samaria por razones prácticas, sino teológicas. El episodio de la mujer samaritana es toda una declaración de fe en la diversidad y en las personas,hablando con esa mujer, revelándose a una samaritana, convirtiéndola en ministra de su mensaje y enfrentándose a los prejuicios de sus discípulos Jesús pone, entre las esencias de su ministerio, el poner por delante al ser humano y su necesidad.
En una semana, en la que en todo el mundo nos reunimos para orar por la unidad de los diversos cristianos, afirmamos nuestra fe en la universalidad del mensaje de Jesús y en lo inalienable de la dignidad humana. Estas características son fundamentales en el ministerio de Jesús porque entrañan una manera de entender el ser humano desde la igualdad, la fraternidad y la libertad. Tomados del cristianismo y de otras tradiciones religiosas y filosóficas la construcción europea y todo el edificio de los derechos humanos se sostienen los mismos principios.
Debemos seguir pasando por Samaria, por la diversidad, por la integración y cualquier atajo, criminal o de exclusión por la condición de migrante, musulmán, género u otras, no son más que formas de violencia que nos sumen en los atajos de la barbarie.