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Sobre el autor

Enric Capó Puig (1930-2012). Pastor de la Iglesia Evangélica Española, teólogo y director de Cristianismo Protestante (2000-2011).

En continua reforma (editorial, nº 62)

Editorial de Cristianismo Protestante

Hay una frase en latín, que se popularizó en el tiempo de la Reforma Religiosa del siglos XVI y que es válida hasta hoy, a pesar de ser más una afirmación de principios que una práctica habitual: Ecclesia reformata sempre reformanda que, traducida, quiere decir: “La Iglesia Reformada es una iglesia en continua reforma”. Fue, y todavía es, una frase osada, ya que todo movimiento religioso tiene la tendencia a ser conservador y a construir un edificio teológico y ético inmutable. Parece, y así lo afirman los teólogos más conservadores, que la verdad sobre Dios no puede estar sujeta a variación alguna. El que decíamos sobre Dios ayer, y el que definíamos como doctrina ortodoxa, ha de ser igual hoy. Por esta razón, la Iglesia, desde el principio, ha formulado una dogmática, es decir, ha establecido de forma fija los dogmas que han de ser creídos y proclamados. Además, algunas iglesias establecen que creer esta doctrina es esencial para la salvación.

La frase que comentamos niega la posibilidad de una dogmática inmutable. Por principio, las iglesias protestantes no habríamos de establecer dogmas o, por encima de cualquier formulación doctrinal, habríamos de dar nuestra conformidad a la siguiente proposición: en nuestras definiciones sobre doctrina no hay nada inmutable ni infalible, todo es cambiable y reformable. La única cosa que no se puede modificar, y ella constituye el principio que sostiene el edificio protestante, es el que Lutero y la Reforma proclamaron  con la frase Sola Escriptura, es decir, lo único que nosotros los protestantes aceptamos como principio inamovible es la Palabra de Dios, tal como la encontramos en la Biblia. Ella representa el principio al que nos sujetamos libre y gozosamente.

Pero, tengámoslo claro. El principio es inamovible, pero las interpretaciones de lo que llamamos Palabra de Dios, no lo son. Y esto es el que algunos no entienden. Ponen al mismo nivel la Palabra de Dios y su propia interpretación de esta palabra. Y esto no es aceptable. Sobre un mismo asunto puede haber interpretaciones diferentes, todas ellas igualmente válidas. Prueba de esto es lo que el apóstol Pablo dice en su carta a los Romanos 14. Cada uno ha de comportarse de acuerdo con su comprensión de la Palabra de Dios iluminada por el Espíritu. Nadie puede ser condicionado por los otros.

Nosotros, los protestantes, no somos llamados a establecer, de una vez por todas, cual es la formulación correcta de la doctrina, sino descubrir día a día al Dios que se nos revela en las páginas de la Biblia y obrar en consecuencia, porque no somos salvados por la doctrina, sino por la fe y ésta  no tiene su asiente en la mente sino en el corazón. Por esta razón  somos una iglesia en continua reforma, tanto en el campo de la doctrina como en el de la ética.  Continuamente hemos de reorientar nuestra vida hacia la verdad de Dios, tal como la vamos aprehendiendo en el camino hacia el conocimiento pleno. “Ahora, nos dirá el apóstol Pablo, vemos como a través de un espejo poco claro, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conocemos en parte, pero después conoceremos como somos conocidos”.

Enric Capó

Sobre Enric Capó Puig


Enric Capó Puig (1930-2012). Pastor de la Iglesia Evangélica Española, teólogo y director de Cristianismo Protestante (2000-2011).

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