(Fuente: CMIR) Uno de los grandes desafíos que enfrenta el movimiento ecuménico es cómo vivir en fidelidad a Dios en estos tiempos de injusticia económica, cambio climático e imperio. La justicia económica y social, la dignidad humana y la preocupación por la creación fueron temas centrales para el reformador suizo Juan Calvino, cuyas perspectivas teológicas se basaban en la afirmación del señorío de Dios sobre todas las áreas de la vida, lo cual implicaba comprometerse a vivir en fidelidad y afirmar que nuestra vida debe organizarse de acuerdo con la voluntad de Dios. Hacer realidad la justicia en la economía, en la tierra y en toda la creación de Dios sigue siendo una prioridad para los cristianos reformados que afirman la vida y la justicia como valores esenciales.
La histórica unión de la Alianza Reformada Mundial (ARM) y el Consejo Ecuménico Reformado (CER) que dio origen a la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) en 2010, en Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos, aporta nuevas energías e implica un compromiso renovado de los cristianos reformados de todo el mundo con la justicia y la plenitud de vida. La CMIR avanza en el proceso del Pacto por la Justicia y la Confesión de Accra de la Alianza Reformada Mundial.
En 2004, las iglesias miembros de la ARM se reunieron en la 24.a Asamblea General en Accra, Ghana. El momento decisivo de esa reunión fue cuando los delegados declararon con valentía que trabajar para crear un sistema económico justo es esencial para la integridad de la fe cristiana. “Creemos que la integridad de nuestra fe corre peligro si guardamos silencio o nos negamos a actuar frente al sistema actual de globalización económica neoliberal”. La Confesión de Accra afirma que defender la justicia a favor de la vida es un tema confesional “no en el sentido de una confesión doctrinal clásica […] sino para mostrar la necesidad y urgencia de una respuesta activa a los problemas de nuestro tiempo y al llamado de Debrecen”. (Confesión de Accra, párr. 15)
En Grand Rapids, los delegados a la Asamblea General de Unificación de la ARM y el CER afirmaron: “Por eso, nos comprometemos nuevamente con el principio básico y a la vez profundo de que en comunión pertenecemos a Dios y los unos a los otros, y que juntos somos responsables de la mayordomía de toda la creación de Dios. En este sentido, aceptamos nuestra parte de responsabilidad en los problemas del mundo. Nos regocijamos de que nos guía en nuestro camino el Dios de la justicia, y creemos que somos llamados a trabajar con Él para crear un mundo diferente: un mundo de paz, justicia y harmonía con la creación”. (SE 3s Informe de la Sección sobre la justicia en la economía, en la tierra y en toda la creación de Dios).
La CMIR adoptó como pautas esenciales la Declaración del Diálogo Global de Johannesburgo en torno a la Confesión de Accra (septiembre de 2009), la Declaración de la Consulta Teológica Global sobre la Comunión y la Justicia de Cartigny (marzo de 2010), y la Declaración conjunta de la Iglesia Reformada Unida de Sudáfrica y la Iglesia Evangélica Reformada de Alemania “Soñando juntos un mundo diferente”.
La CMIR se comprometió con la iniciativa conjunta de la Alianza Reformada Mundial, el Consejo de Misión Mundial (CMM) y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) que promueve el pacto por la justicia, llamada Oikotree. Oikotree es un movimiento ecuménico que pone a la justicia como centro de la fe. Es un movimiento en el quienes buscan vivir en fidelidad a Dios en medio de la injusticia económica, la destrucción de la ecología y el imperio pueden alzar la voz y poner en práctica acciones alternativas a los actuales sistemas injustos. Se funda en el Pacto por la Justicia de la ARM, el AGAPE del CMI y las iniciativas de justicia y misión del CMM.
Puntos principales del programa:
- Desarrollar y promover sociedades sustentadoras de la vida como alternativa al paradigma económico neoliberal, e incorporar nuevas métricas que reflejen el propósito de Dios para la prosperidad de la creación y de la humanidad dentro de ella, que comprometan a los poderes del sistema económico mundial.
- Desarrollar un marco y un criterio para una nueva arquitectura económica y financiera internacional.
- Conformar un panel ecuménico global donde se establezcan conexiones con iniciativas de otras comunidades de fe y que cuente con la colaboración de críticos expertos de todo el mundo, como así también de la comisión de expertos de la ONU para una nueva arquitectura económica y financiera mundial, liderada por el premio Nobel Joseph Stiglitz.
- Crear un grupo central internacional conformado por teólogas feministas, pastores, economistas y expertos en el cambio climático para desarrollar un proceso de apoyo al compromiso de las iglesias en materia de justicia económica y climática desde una perspectiva crítica de género.
- Poner en práctica la Confesión de Accra, mediante la educación sobre la justicia climática y la deuda y destrucción ecológica.
- Fomentar el crecimiento del movimiento Oikotree y conectar a la familia reformada con esta iniciativa.